martes, 27 de noviembre de 2012

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" Suave patria"...para sueño neolítico.

Extracto del artículo del PAÍS de Gustavo Martín Garzo titulado "Suave patria". Y posible interés para el trabajo de SUEÑO NEOLÍTICO. _...López Velarde es, sin embargo uno de los escritores más cautivadores de nuestra lengua. Vida cotidiana y poesía se confunden en su obra. "Solo una cosa sabemos, escribió, el mundo es mágico". EL mundo es mágico ya que está animado por el deseo. El valor de las cosas es su vivacidad. ...En Zacatecas, muy cerca de Jerez, está el museo de máscaras de Rafael Coronel, un pintor que entregó parte de su vida a formar una de las más bellas colecciones de máscaras que existe en el mundo. El museo está en un monasterio del que solo se ha rehabilitado una parte. Sorprende adentrarse entre las ruinas hasta llegar a las salas donde nos esperan las máscaras. No están ordenados con criterios antropológicos, ni de época, sino con caprichoso amor, como corresponde a una colección personal. Son inquietantes y tiernas a la vez. Hablan de un mundo perdido y en ellas todo se mezcla: muertos y vivos, indios y colonos, animales y hombres, moros y cristianos, niños y viejos, demonios y ángeles. " Lo bello", escribió Antonio Porchia, "se halla removiendo escombros". Tal es la belleza que hay en ese lugar, la belleza de la vida que alienta las ruinas. No es posible contemplar estas máscaras sin sentirse conmovido por su belleza. Representan todo lo que de incumplido hay en nuestro corazón, todo lo que hemos perdido y pide regresar a nosotros. Su reino es el de esa suave patria cantada por López Velarde en que "las cantadoras de las fieras" y "los bailadores de jarabes" acuden en nuestra ayuda para "agudizar nuestro ingenio, ahondar nuestra percepción e iluminar nuestra capacidad de razonar". Me pregunto si entre nosotros aún es posible un lugar así. Esa sería nuestra verdadera patria, la única que merecería la pena salvar. Un lugar complejo, amigable y lírico, al que raras veces las ideas y las tareas cotidianas de la política actual hacen justicia. Un lugar modulado en nuestros sueños "al golpe cadencioso de las hachas/ entre risas y gritos de muchachas/ y pájaros de oficio carpintero". Un lugar como la balsa de Huck y Jim, tan ajeno a los delirios de la identidad como la arrogancia de tantos viajeros. Porque ¿acaso hay un sentimiento más absurdo que el orgullo cuando se va en una balsa que nadie sabe adónde se dirige?.( referido esto último a Huck y Jim de la novela de Mark Twain)